¿Para qué estar triste si puedes estar feliz? ¿Que es verano, estás en el pueblo, tus amigas aún no han bajado, y las que están están trabajando?, pues nada, te vas a la piscina a cuidar de tus primos pequeños y te camuflas entre ellos (ya que la estatura me lo permite) haciéndote pasar por una niña de diez años. Pero eso sí, los fines de semana cambias de piel y vuelves a la de veinteañera con ganas de fiesta aunque hayas estado toda la noche sirviendo copas y hayas salido a las 6 y media de la mañana. Asique, si os pasa como a mi y estáis un poco aburridillos, haced lo impensable, no planeéis, dejad que el día siga su curso.
Pd: os dejo una foto desde casa de mi abuela, la calidad no es muy buena, lo sé, pero demasiado para estar sacada desde una blackberry tras una larga noche de fiesta.

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